domingo, 12 de noviembre de 2017

Reseña de Anabel Inoa ( 2016-1595)


Anabel Inoa
A través del tiempo se ha creado una imagen del sexo masculino que se ha ido convirtiendo en expectativa de lo que este debe ser. En el apartado “¿Cuál sexo fuerte?”, del libro Intimidades Masculinas, su autor; el pedagogo y escritor italiano Walter Riso, nos muestra cómo a través de la historia se produce la construcción de un molde en el que el hombre se espera que encaje,  un molde que comprende todos los aspectos físicos y psicológicos, y que por momentos, estas características pueden resultar paradójicas y contradictorias en sí mismas.

La ironía de la expectante fortaleza del hombre se encuentra en la representación de que este, en un ámbito anatómico, ha de tener los músculos bien definidos y de gran tamaño para evitar toda imagen raquítica y débil. Además, debe en todo momento mostrarse valiente y sin miedo, ya que de acuerdo a este tipo de conducta en circunstancias de sufrimiento o severa frustración (física o mental) es reconocida su virilidad y masculinidad. Pero al mismo tiempo, tiene la responsabilidad de ser sensible a lo que lo rodea y no mostrarse indiferente a las situaciones problemáticas del momento.

En ¿Cuál sexo fuerte? , salen a relucir tres debilidades psicológicas masculinas. Una de ellas es el miedo al miedo; cuando el hombre expresa miedo es sinónimo de cobardía, lo que causa la depreciación del miedoso y exclusión de toda admiración que se tenía del mismo. Otra debilidad es el miedo a estar afectivamente solo, pese que el hombre ha de mostrarse fuerte e independiente, tiene miedo a la soledad y pérdida afectiva, por parte de la mujer, en especial. Por último, el miedo al fracaso. El éxito es lo que muchos esperamos alcanzar, pero hay momentos en que la realidad nos atrapa y conquistar nuestras metas se torna en un proyecto lejano. El hombre cuando se encuentra imposibilitado se encierra en sí mismo,  pues saber perder no es una de sus virtudes; fallar le deteriora la confianza, ya que no quiere ser visto como un fracaso, no solo ante la sociedad, sino ante sí mismo.

En torno a lo antes expuesto, Rizo rectifica que los hombres tienen el derecho de no mostrarse “fuertes” todo el tiempo sin que se afecte su masculinidad y virilidad; por consiguiente, siguen siendo seres humanos que tienen emociones y sentimientos aunque no sepan expresarlos. Los estándares impuestos para el hombre son limitaciones al entendimiento e imponen barreras a la comunicación y comprensión, porque las expectativas a su conducta encubren su verdadero ser y la esencia que lo caracteriza.

En síntesis, la idiosincrasia del hombre ha afectado su papel en la familia, en sus relaciones y en la sociedad. “¿Cuál sexo fuerte?” pone en evidencia la manera en que la sociedad estigmatiza la imagen del hombre, lo cual es un tema de gran importancia, porque nos hace visualizar al sexo opuesto desde una perspectiva diferente. Y saca a relucir que vivimos en un mundo estereotipado, en el cual la imagen del hombre y la mujer son estandarizadas; no solo marca una diferencia en su estructura biológica, sino también en lo particular social y cultural.



Reseña de Sarah Latorre (2017-1300)

Sarah  Latorre 

En la primera parte ¿Cuál sexo fuerte?) del libro Intimidades Masculinas, Walter Riso hace referencia a la vulnerabilidad del hombre y a los distintos paradigmas que la sociedad crea entorno al mismo. El psicólogo argentino, ayuda a los lectores a comprender el pensamiento masculino y la forma del hombre de ver la vida. Siguiendo esa línea, Riso traza los límites en los cuales la sociedad espera que el hombre encaje.

El autor hace énfasis en que la fortaleza física no determina el nivel de masculinidad de un hombre, a diferencia de lo que los ideales tradicionales consideran. Son estos ideales los que provocan que la auto-aceptación y auto-estima del hombre se sustente en la forma de su cuerpo. Según lo que expone Riso, ser débil no le arrebata lo varonil a un hombre. Debido a lo anterior, se deduce que la concepción de masculinidad no se fundamenta en nociones machistas, en la musculatura de un varón o en tratar que el hombre sea un superhéroe que siempre triunfa en todas sus batallas.

El autor enumera tres debilidades psicológicas del hombre que justifican su manera de actuar en muchas ocasiones. La primera de ellas es el miedo al miedo, donde se hace referencia al hecho de que si un hombre es temeroso es visto como débil, y esto pone en peligro su honor y hace que sea seriamente cuestionado. La segunda es el miedo a estar afectivamente solo, pues el hombre como tal necesita estar acompañado, apoyado y recibir afecto. La tercera es el miedo al fracaso, donde se expone que la competencia es uno de los factores que siempre  ha acompañado a un macho. Aquí, Riso muestra que el pensamiento machista limita al hombre a ser poderoso y dominante, y esas características son las que le permite desarrollarse en todos los ámbitos de su vida.

En sus palabras: “El derecho a sentir miedo, a fracasar, a cometer errores, a no saber qué hacer, al encantador ocio y a pedir ayuda, no nos alejan de la masculinidad, sino que nos acercan al lado humano de la misma”, Walter Riso hace referencia a que la masculinidad no depende de la idea conservadora de que los hombres deben de ser la representación humana de la fortaleza y de la falta de sentimientos. Hoy en día se debe de entender que los hombres, antes de ser hombres, son personas con derecho a fallar, sentir, aprender y vivir. No se puede esperar que ser varón dependa de cumplir los estereotipos machistas, que son los mismos que provocan consecuencias catastróficas en todo el mundo.

El psicólogo argentino aborda de una forma clara y precisa el porqué de la forma de pensar masculina y las distintas causas que obligan que los hombres no sean muy expresivos con sus sentimientos. El primer apartado del libro Intimidades Masculinas es muy interesante de leer porque Riso sabe envolver al lector en la psicología del hombre y en cómo el mismo ha intentado adaptarse a las ideas patriarcales. Del mismo modo, el autor deja implícita la idea de que debe surgir una liberación en la forma de pensar y actuar de los hombres, y la misma potencializaría las relaciones con su familia y su entorno.                                                                                                            

Bibliografía:

Riso, W. (1998). Intimidades Masculinas. Ed. Norma S.A.

          Bogotá, Colombia.