domingo, 12 de noviembre de 2017

Reseña de Anabel Inoa ( 2016-1595)


Anabel Inoa
A través del tiempo se ha creado una imagen del sexo masculino que se ha ido convirtiendo en expectativa de lo que este debe ser. En el apartado “¿Cuál sexo fuerte?”, del libro Intimidades Masculinas, su autor; el pedagogo y escritor italiano Walter Riso, nos muestra cómo a través de la historia se produce la construcción de un molde en el que el hombre se espera que encaje,  un molde que comprende todos los aspectos físicos y psicológicos, y que por momentos, estas características pueden resultar paradójicas y contradictorias en sí mismas.

La ironía de la expectante fortaleza del hombre se encuentra en la representación de que este, en un ámbito anatómico, ha de tener los músculos bien definidos y de gran tamaño para evitar toda imagen raquítica y débil. Además, debe en todo momento mostrarse valiente y sin miedo, ya que de acuerdo a este tipo de conducta en circunstancias de sufrimiento o severa frustración (física o mental) es reconocida su virilidad y masculinidad. Pero al mismo tiempo, tiene la responsabilidad de ser sensible a lo que lo rodea y no mostrarse indiferente a las situaciones problemáticas del momento.

En ¿Cuál sexo fuerte? , salen a relucir tres debilidades psicológicas masculinas. Una de ellas es el miedo al miedo; cuando el hombre expresa miedo es sinónimo de cobardía, lo que causa la depreciación del miedoso y exclusión de toda admiración que se tenía del mismo. Otra debilidad es el miedo a estar afectivamente solo, pese que el hombre ha de mostrarse fuerte e independiente, tiene miedo a la soledad y pérdida afectiva, por parte de la mujer, en especial. Por último, el miedo al fracaso. El éxito es lo que muchos esperamos alcanzar, pero hay momentos en que la realidad nos atrapa y conquistar nuestras metas se torna en un proyecto lejano. El hombre cuando se encuentra imposibilitado se encierra en sí mismo,  pues saber perder no es una de sus virtudes; fallar le deteriora la confianza, ya que no quiere ser visto como un fracaso, no solo ante la sociedad, sino ante sí mismo.

En torno a lo antes expuesto, Rizo rectifica que los hombres tienen el derecho de no mostrarse “fuertes” todo el tiempo sin que se afecte su masculinidad y virilidad; por consiguiente, siguen siendo seres humanos que tienen emociones y sentimientos aunque no sepan expresarlos. Los estándares impuestos para el hombre son limitaciones al entendimiento e imponen barreras a la comunicación y comprensión, porque las expectativas a su conducta encubren su verdadero ser y la esencia que lo caracteriza.

En síntesis, la idiosincrasia del hombre ha afectado su papel en la familia, en sus relaciones y en la sociedad. “¿Cuál sexo fuerte?” pone en evidencia la manera en que la sociedad estigmatiza la imagen del hombre, lo cual es un tema de gran importancia, porque nos hace visualizar al sexo opuesto desde una perspectiva diferente. Y saca a relucir que vivimos en un mundo estereotipado, en el cual la imagen del hombre y la mujer son estandarizadas; no solo marca una diferencia en su estructura biológica, sino también en lo particular social y cultural.



Reseña de Sarah Latorre (2017-1300)

Sarah  Latorre 

En la primera parte ¿Cuál sexo fuerte?) del libro Intimidades Masculinas, Walter Riso hace referencia a la vulnerabilidad del hombre y a los distintos paradigmas que la sociedad crea entorno al mismo. El psicólogo argentino, ayuda a los lectores a comprender el pensamiento masculino y la forma del hombre de ver la vida. Siguiendo esa línea, Riso traza los límites en los cuales la sociedad espera que el hombre encaje.

El autor hace énfasis en que la fortaleza física no determina el nivel de masculinidad de un hombre, a diferencia de lo que los ideales tradicionales consideran. Son estos ideales los que provocan que la auto-aceptación y auto-estima del hombre se sustente en la forma de su cuerpo. Según lo que expone Riso, ser débil no le arrebata lo varonil a un hombre. Debido a lo anterior, se deduce que la concepción de masculinidad no se fundamenta en nociones machistas, en la musculatura de un varón o en tratar que el hombre sea un superhéroe que siempre triunfa en todas sus batallas.

El autor enumera tres debilidades psicológicas del hombre que justifican su manera de actuar en muchas ocasiones. La primera de ellas es el miedo al miedo, donde se hace referencia al hecho de que si un hombre es temeroso es visto como débil, y esto pone en peligro su honor y hace que sea seriamente cuestionado. La segunda es el miedo a estar afectivamente solo, pues el hombre como tal necesita estar acompañado, apoyado y recibir afecto. La tercera es el miedo al fracaso, donde se expone que la competencia es uno de los factores que siempre  ha acompañado a un macho. Aquí, Riso muestra que el pensamiento machista limita al hombre a ser poderoso y dominante, y esas características son las que le permite desarrollarse en todos los ámbitos de su vida.

En sus palabras: “El derecho a sentir miedo, a fracasar, a cometer errores, a no saber qué hacer, al encantador ocio y a pedir ayuda, no nos alejan de la masculinidad, sino que nos acercan al lado humano de la misma”, Walter Riso hace referencia a que la masculinidad no depende de la idea conservadora de que los hombres deben de ser la representación humana de la fortaleza y de la falta de sentimientos. Hoy en día se debe de entender que los hombres, antes de ser hombres, son personas con derecho a fallar, sentir, aprender y vivir. No se puede esperar que ser varón dependa de cumplir los estereotipos machistas, que son los mismos que provocan consecuencias catastróficas en todo el mundo.

El psicólogo argentino aborda de una forma clara y precisa el porqué de la forma de pensar masculina y las distintas causas que obligan que los hombres no sean muy expresivos con sus sentimientos. El primer apartado del libro Intimidades Masculinas es muy interesante de leer porque Riso sabe envolver al lector en la psicología del hombre y en cómo el mismo ha intentado adaptarse a las ideas patriarcales. Del mismo modo, el autor deja implícita la idea de que debe surgir una liberación en la forma de pensar y actuar de los hombres, y la misma potencializaría las relaciones con su familia y su entorno.                                                                                                            

Bibliografía:

Riso, W. (1998). Intimidades Masculinas. Ed. Norma S.A.

          Bogotá, Colombia.

jueves, 23 de marzo de 2017

Reseña de Joly Durán (2016 - 0060)

Joly Durán
“No es tan sencillo ser, al mismo tiempo, fuerte y frágil, seguro y dependiente, rudo y tierno, ambicioso y desprendido, eficiente y tranquilo, agresivo y respetuoso, trabajador y casero”, estas son las palabras del escritor y psicólogo italiano, Walter Riso, en su libro Intimidades Masculinas, al momento de describir la difícil situación que pasan los hombres. Publicada en 1998, constando de 180 páginas, esta interesante obra nos relata sobre el mito de la fortaleza masculina y la supuesta incapacidad de los hombres para amar.

Su primera parte “¿Cuál sexo fuerte?” consta de unos acápites, el primero que habla del paradigma de la fortaleza masculina”, nos dice que la supuesta fortaleza masculina implica la fuerza muscular, la valentía, la dominancia y la seguridad en inmensas cantidades y que un hombre débil puede ser tan varonil como femenina una mujer fuerte. El segundo apartado “La desmitificación del héroe”, explica que el típico hombre gasta gran parte de su vida en parecerse a los modelos heroicos que la cultura le ha inculcado, pero que la liberación masculina busca despojar a los hombres de todo atributo sobrenatural.

El tercer acápite “Tres debilidades psicológicas masculinas”, el más interesante, nos explica los miedos que todo hombre tiene: miedo al miedo, el miedo a estar afectivamente solo y el miedo al fracaso. El cuarto acápite “Vales por lo que tienes” nos explica el porqué cada persona vale por lo que es, no por lo que tiene, haciendo alusión a lo contrario de su título.

En el apartado “todo lo puedes”, nos dice que los hombres deben aceptar sus limitaciones y que la nueva masculinidad quiere tener el privilegio de pedir ayuda y de reconocer sus errores. El último subcapítulo de esta primera parte se titula “El derecho a ser débil”, el cual nos exhorta que él no quiere dejar dicho que los hombres se conviertan en mujeres, sino que el varón tiene todo el derecho de mostrar su lado débil y femenino sin dejar de ser varón bien masculino.

Como explica Riso, es impresionante, cómo se sienten los hombres en realidad, por culpa de las costumbres, la cultura y la sociedad. Además de que debemos dejar, principalmente nosotras las mujeres, de presionar a los hombres y querer que ellos actúen de la manera que queramos. Es interesante la forma de hacer entender a los hombres que ellos pueden mostrar debilidad y su lado sentimental, y que por esto no van a ser juzgados.








Reseña de Juan Miguel Domínguez ( 2014 - 1861)


Juan Miguel Domínguez
Para muchos hombres es difícil hablar de sí mismos, de sus sentimientos y de sus emociones. Esto hace pensar que los vuelve menos masculinos o menos hombres, lo cual presenta que es un arcaico pensamiento de la sociedad que lleva mucho tiempo incrustada en la psiquis de muchas personas, o por lo menos así lo plantea en su libro “Intimidades Masculinas”  Walter Riso,  específicamente en la introducción y la parte I donde se expone muy claramente la carga social que llevan los hombres.

En esta parte “ ¿ Cuál sexo fuerte?” Riso explica que los hombres somos naturalmente humanistas y que tenemos una parte sensible, necesitada de amor y cariño, tanto como pueda; no obstante, sabemos muy bien de manera cultural que esta parte sensible es suprimida por la imagen cultural del hombre, ya que este, según la cultura general, debe ser rudo, con músculos definidos, aun así cuando su vocación sea el ejecutivo de traje y maletín, es requisito indispensable cuando se trata de atraer al sexo opuesto.

Con respecto a las mujeres,  Riso plantea que a ellas nunca jamás les atraerá un hombre con miedo, sin ambiciones y sin coraje, y para poner de pretexto, Riso lo ejemplifica en la idea de lo que es un héroe. Aquel personaje de la historia que maximiza y exagera la idea de un hombre, aquel personaje sin miedo a nadie ni a nada, fornido, líder, carismático, y con un sinfín de características y habilidades sobrehumanas. Estas características son las que han distorsionado la idea de lo que puede ser un hombre.

Riso, además, plantea que hay dos personajes más igual de interesante. Primero está el antihéroe que no necesita de gloria ni premios, que no tiene motivación por rescatar a ninguna  dama en peligro, que simplemente quiere dormir tranquilo y que no usa sus habilidades especiales para vanagloriarse. Existe otro personaje que sin gloria, ni habilidades especiales, sin necesidad de usar poderes para hacer grandes hazañas, que estudia, trabaja y consigue  comida para él y los suyos, nada más y nada menos que el hombre común, el que se equivoca y aprende de sus errores; aquel que tiene miedo, ¿miedo?, Riso explica muy bien en la primera parte de su libro los temores más comunes de los hombres.

Él propone que son tres los temores más comunes: el miedo al miedo, miedo a la soledad y el miedo al fracaso. Por naturaleza, el miedo es una característica de supervivencia muy necesaria ya que nos brinda la capacidad de minimizar riesgos absurdos, para garantizar nuestra supervivencia como especie, pero estos miedos resaltan la humanidad del hombre msmo, el ser aceptado con los defectos propios y a no ser excluido por ninguna razón, al momento que es amado por su familia y siente el afecto de su mujer; al intentar de sobresalir en la sociedad siendo reconocido por lo el buen trabajo que realiza.


Finalmente, la primera parte concluye con dos acápites muy humanos en el que se defiende al hombre; es decir, el hombre como persona vale por lo que puede hacer y por lo que puede ser, explica Riso. Además, ser humano implica que tenemos defectos en ciertas cosas y en algunas formas de actuar; no obstante, la idea distorsionada de la sociedad en la forma en que en ocasiones describe al hombre como un ser que todo lo puede, cuando simplemente se le debe reconocer que es una persona con virtudes y defectos, que puede llegar a ser tan grande como pueda esforzarse y que en su trayecto de vida no se le debe equiparar con la idea de que ser hombre significa ser indeleble  e inquebrantable. 

Reseña de Sayra Del Rosario (2015-0565)

Sayra Del Rosario
Una nueva masculinidad
Los hombres han sido víctimas de estereotipos creados por la sociedad en los que se le otorga una imagen de superhéroe, valiente, fuerte y, en algunos casos, hasta puede ser visto como insensibles y carentes de la habilidad de expresar sus sentimientos y emociones. ¿Será que los hombres realmente son incapaces de amar? ¿O existe un mandato cultural en el que se les inculca ser mejor en recibir amor que en darlo? ¿Está mal que los hombres muestren su lado “femenino”? El psicólogo italiano Walter Riso en su obra Intimidades Masculinas, publicado en 1998, responde a estas preguntas de forma clara y entretenida.

En la introducción de la obra, Riso esboza la problemática por la cual el hombre se ve envuelto en lo que a su rol establecido por la sociedad se refiere. “Ser hombre, al menos en los términos que demanda la cultura, no es tan fácil” (Riso,1998). Plantea también que el hombre ha perdido oportunidad de demostrar amor para con sus amigos e incluso sus hijos, lo afirma dando una serie de ejemplos de situaciones en las que el hombre se ve obligado a ocultar su lado afectivo para que no se le tilde de homosexual.  También sugiere que hay una nueva clase de masculinidad que desea salir a flote, en la que el hombre sea libre para dar amor, que se le proporcione el derecho de sentir miedo (sentimiento propio de todo ser humano), que se le otorgue la libertad de caer y volver a levantarse sin ser juzgado.

En la primera parte, titulada ¿Cuál sexo fuerte?, el autor expone que realmente los hombres no son tan fuertes como la sociedad ha querido dejar ver. Los hombres sienten miedo, no toleran estar solos y se siente abrumados cuando fracasan.  Riso plantea que el varón busca compensar todo esto queriendo parecer fuerte físicamente, lo cual trae como consecuencia problemas de autoestima y autoimagen. En otras palabras, el hombre se vuelve inseguro, y el miedo se adueña de sí aunque  no lo exprese.

El autor expone 3 debilidades psicológicas: Miedo al miedo, miedo a estar afectivamente solo y el miedo al fracaso. Ejemplifica las tres debilidades con situaciones de experiencia propia, que en cierta manera le da un aire jocoso al texto. Al profundizar las 3 debilidades, es posible llegar a la conclusión de que el miedo es una emoción normal y necesaria en situaciones de peligro, y por lo tanto no es de extrañarse que los hombres puedan sentirlo. En la nueva masculinidad el hombre quiere tener la opción de pedir ayuda, de dar amor, de recibirlo y dejar de ser objeto económico o de protección.

La primera parte del libro nos deja con el deseo de continuar descubriendo los aspectos ocultos de la “femineidad” masculina. Realmente es un escrito que permite entender que no solo las mujeres son víctimas de los estereotipos, sino también los propios hombres. Además, sugiere que nos quitemos las máscaras, que mostremos lo que realmente somos y sentimos, que nos demos la oportunidad de ser más seres humanos y ser menos “machos” o “princesas”.







Reseña de Osvaldo Fernández (2016 - 1229)

Osvaldo Fernández
INTIMIDADES MASCULINAS ( Parte I).
A pesar de que parezca un poco machista y posiblemente molestoso para las feministas que, en conjunto con la sociedad, hacen que el ser varón pueda, entre otras cosas, tener dificultades, en la parte I del libro “Intimidades Masculinas” titulada “¿Cuál sexo fuerte?”, se intenta demostrar lo antes planteado en la publicación hecha por Walter Riso (1998). Este plantea cómo los hombres son psicológicamente afectados por la crítica social; es decir, por la manera en que los obligan a cumplir un rol de “macho” día tras día, aparte de las creencias de que el hombre no tiene sentimientos y de los múltiples comportamientos opuestos que se les exigen.
 Esta parte I no es un tanto compleja, sino un tanto realista e ilustrativa, además de ser tratada por un autor que se percibe como con una gran experiencia en psicología y haber estudiado con anticipación la relación que existe entre el comportamiento del hombre y la sociedad. Cuando él habla de las exigencias por parte de las féminas hacia los varones, explica que estos últimos viven en un dilema, ya que mientras muchas desean un hombre cariñoso y tierno, otras no quieren tener alguien tan “empalagoso”, haciendo esto que el varón tenga la necesidad de mostrar diferentes personalidades para no ser tildado de homosexual. También expresa que lo mismo sucede con la sociedad, ya que un hombre que presenta sentimientos para esta puede no parecer algo muy masculino.
 Riso, en la primera parte del libro trata de convencer de que realmente al igual que la sociedad, las féminas tienen mucho que ver en cómo los varones se comportan. En virtud de esto, para personas con este mismo punto de vista les resultaría muy interesante la lectura del libro. Mientras que para otros o especialmente las feministas podría resultar ser una postura molestosa, ya que podrían sentirse ofendidas por el autor al querer depositarle un poco la culpa por el dilema de la masculinidad del hombre.
 Walter Riso presenta sus  argumentos de una ordenada, en ocasiones extensos, pero bien concluidos, abordando múltiples factores de la masculinidad. Uno de ellos es “El paradigma de la fortaleza masculina”, que explica cómo los hombres se sienten frustrados por no tener fuerza, tanto física como psicológica, ya que para las mujeres esto no es muy atractivo. También se presenta sus debilidades psicológicas, donde se detalla cómo los varones pueden sentir miedo por cosas que, como ser humano son aceptables, pero para la sociedad y para algunas féminas no lo es, ya que si se sienten acobardados por algo puede ser una muestra de homosexualidad. Por otro lado, se argumenta sobre cómo los “machos” se intimidan por el fracaso y cómo reclaman el derecho a ser débiles, es decir, a poder demostrar sus sentimientos sin ser tildado de “mujercita”.
 Los hombres tienen sentimientos al igual que cualquier mujer, pero con todas estas creencias sobre cómo tiene que comportarse un varón no es fácil mantenerse siempre complaciendo los atributos que otras personas quieren que tengas. Aparte de siempre tener que estar derrochando masculinidad sin demostrar ningún sentimiento solo por lo antes mencionado, es algo difícil de debatir. Por lo tanto, la lectura de este libro es muy interesante; eno de realismo, que le muestra al varón por qué en ocasiones se siente tan acogido por su ambiente, además de la explicación detallada y ejemplificada de algunos de los elementos causantes de este sentimiento.

Reseña de Myrna Polanco (2016-0089).

INTIMIDADES MASCULINAS (parte I).
Myrna Polanco

Cómico, revelador, y “sin pelos en la lengua”, son algunas de los calificativo que se reflejan en la escritura del libro Intimidades Masculinas, donde el autor Walter Riso no depara en tocar uno de los temas con más tabú en la sociedad actual que es el SEXO MASCULINO y sus intimidades. Es difícil escribir sobre  la  Parte I de este libro tan abarcador y, sobre todo, si es una mujer quien intenta hacerlo. De todas formas, independientemente de si la persona que lee el libro es hombre o mujer obtendrá pleno conocimiento sobre la realidad varonil en muchos sentidos.

Muchas personas dicen que las mujeres son complicadas, pero al leer la parte ¿Qué  sexo fuerte?, de Intimidades Masculinas, nos podemos dar cuenta que no sólo en el sexo femenino hay complicación, sino que también en la mente del  masculino hay un mundo de cuestiones qué resolver. En ella se nos revela no sólo a las mujeres, que podrían ser las más interesadas el tema, sino a quien sea que lea el manual, la real cara del hombre en muchos momentos.  De forma divertida, con anécdotas, pero también con mucha cautela el autor encuentra la forma de defender su tesis sobre el prototipo del hombre actual.

“Intimidades Masculinas” consta de unas 61 páginas. Publicado en el año 1998. La parte I  del texto es brevísima pero precisa. Se puede comprobar y a la vez disfrutar la manera en la que el autor con su veracidad y humor hace que las personas lean y les dé ganas de no parar hasta terminar todas sus páginas. Son varios los tópicos que Riso aborda en esta parte, como: el paradigma de la fortaleza masculina, la desmitificación del héroe, el derecho a ser débil, las 3 debilidades psicológicas masculinas, entre otros.

En él se percibe que los hombres también tienen derechos y sentimientos, y que ese prototipo que ha creado la sociedad, y hasta ellos mismos, muchas veces no son más que máscaras para la aceptación en el lugar.  Esta primera parte “¿Cuál sexo fuerte? “específicamente el tópico del “Paradigma de la fortaleza masculina” es muy directa, es a lo que normalmente se refiere cuando “Sin pelos en la lengua”, ya que Riso deja en claro que aunque no lo queramos admitir, nosotros sí tenemos un prototipo del hombre y a veces esperamos más de lo que se debería esperar de ellos, pero el autor pudo tener un poco más de tacto al arrojar estas verdades. Asi lo podemos pensar las mujeres con un buen sentimiento feminista, que podrían encontrarse incómodas al ver cómo se “defiende” al hombre en algunos sentidos y les es difícil admitir algunas de esas verdades.

En un mundo en el que el hombre juega un papel importantísimo sería muy bueno que lo comprendamos de vez en cuando, comprender sus actitudes, sus debilidades, sin catalogarlo como “hijo de mami” u homosexual. Hay que tener en cuenta que esto no va a justificar los malos actos que ellos puedan cometer. Simplemente, con la lectura de la primera parte de este libro se va a revelar la revolución masculina o mejor dicho, la verdadera masculinidad. El libro es entretenido, tal vez sea un poco más fuerte para algunas personas que para otras que no se han dado cuenta de la realidad de los hombres que los rodean, sin duda alguna.


Reseña de Miguel Obed Díaz Peña ( 2016-0963)

Miguel Obed Díaz
El hombre tiene todo el derecho de llorar, abrazar y besar, pero vive un nuevo hombre que habla lo que siente y es sincero, a diferencia de los machos que hoy en día coexisten.  Walter Riso en su libro Intimidades Masculinas explica de una forma directa que el humano del sexo masculino vive en una sociedad que lo juzga por sus condiciones físicas y psicológicas y él mismo no quiere estar en esta situación. En la parte I titulada ¿Cual sexo fuerte? el autor da argumentos que no dejan incertidumbres al respecto de lo calificado que es el género masculino según su sensibilidad y emociones.

Este ¨nuevo hombre¨ está naciendo para dejar atrás muchas de las circunstancias que se les ha atribuido como bravura y buen estado corpóreo, las cuales atribuyen a los mismos como competentes e idóneos para la sociedad. Esta especie masculina teme lo que las mujeres puedan decir sobre su debilidad en una que otra área de su cuerpo. El hombre, según el pensamiento de la mujer, debe ser llamado a la fuerza y al sufrimiento, no a la benevolencia ni a la alegría. Ambos géneros, tanto el masculino como el femenino, deben educarse físicamente porque el organismo debe estar sano y en buenas condiciones. Ahora bien, Riso demuestra que no es lo mismo estar sano que vigoroso para poder ser aceptado. En este caso, el hombre trataría de señalar al mundo una resistencia indefinida y abstracta; la nueva generación de varones no es una generación vaga; sin embargo, no solicita alzar pesas para el bienestar de los ojos del mundo, ofreciendo una imagen totalmente falsa envés de ser simplemente saludable.

            Desde la infancia se le ha enseñado al niño que debe ser un tipo de héroe y lo más importante: victorioso. Un superhéroe como Superman o Ironman con cualidades prodigiosas que claramente no posee. Sin embargo, en lugar de ser sorprendente y asombroso como se le aprecia, este hombre distinto prefiere ser un antihéroe. Es decir, un humano más sin muchas responsabilidades y con más ternura, como Riso muestra. Un hombre plenamente común y corriente con miedos a mostrar el miedo a las féminas, miedo a que las mismas los abandonen y miedo a no tener nada en una sociedad donde se necesita todo.

            El miedo que demuestra el ser varonil está completamente escondido porque existe otra raza que no soporta el pensamiento de no juzgar y adjetivar. Las mujeres desean hombres con confianza en sí mismos, que no duden ni tengan miedo. Esto es algo que contradice la teoría de Riso, el hombre puede tener miedo al miedo y a sí mismo. Las hembras necesitan un sustento y en quien confiar: los hombres sienten igual, tienen miedo a la soledad y a separarse aunque no estén feliz con su cónyuge, necesitan apoyo y amor. Como todo el peso cae sobre la rasa masculina, sin duda alguna, la misma teme bastante a competir y perder, a no tener a la mano el poder ni el dominio monetario.
           
Este libro completo e interesante es un total defensor de los derechos del hombre antes desglosados. Sin duda alguna, ¿Cuál sexo fuerte? es totalmente interesante, no te deja bostezar por todo su contenido sobre la situación del hombre en la sociedad, específicamente por sus características físicas y psicológicas. Intimidades Masculinas agrada a un público no machista y pro-igualitario, su autor demuestra que los hombres y las mujeres necesitan equidad e igualdad en todos los desafíos entregados a cada uno de nosotros al nacer.



Qué escribieron?

En esta ocasión se abocan a producir una reseña partiendo de la lectura de un libro que han ido leyendo durante el semestre. Intimidades Masculinas de Walter Riso, es la obra seleccionada como objeto de reseña y que los estudiantes 

domingo, 12 de marzo de 2017

Ensayo de Elaila Fernández (2008-1412)

Ventajas y desventajas de las máscaras

Alaila Fernández
 El Lenguaje del Cuerpo es un libro escrito por Julius Fast, que explica la conducta y comunicación no verbal, estudiada a través de la Kinesia; ciencia que se encarga de observar los movimientos del cuerpo, conscientes o inconscientes, con el objetivo de descifrar su significado. Parte de ésta conducta, menciona  Fast, es la existencia de una imagen que el ser humano presenta a la sociedad, para ocultar lo que en verdad siente, lo que en verdad es; a esta imagen, en el libro, se le llama “máscara” y, por supuesto, para entender las ventajas y las desventajas de éstas, primero hay que entender más profundamente lo que esta expresión significa y la influencia que tiene en cómo se relacionan las personas.

 Lo primero a tomar en cuenta, es que las máscaras son una conducta disciplinada no verbal que facilita la comunicación con los demás, sin tener que entrometerse en la vida de los demás y sin permitir que los demás se entrometan en la suya. Un ejemplo claro de esta conducta es la sonrisa que se ofrece a la gente cuando, torpe e involuntariamente, se invade su espacio personal en lugares públicos, como cuando se está apretujado en un ascensor o, en el caso más común de esta ciudad, viajando por transporte público; Las máscaras son una manera cordial de comunicarle a la otra persona que se está consciente de que se invade su espacio, pero que no es la intención ni hay culpa en ello. No es una sonrisa de felicidad, tampoco se le debe  una explicación a la otra persona, pero no se quiere comprometer la imagen, la forma en que la otra persona percibe a uno, tampoco se quiere ofender o molestar al otro y por ello se siente la responsabilidad social de comunicar una disculpa.


 Esta conducta natural trae consigo muchas ventajas además de lo mencionado anteriormente; permiten expresarse de forma asertiva dependiendo de la situación en la que se está. Se puede recibir una noticia extremadamente buena y saber disimular, ocultar, “pausar” la felicidad delante de una persona que está pasando por un mal momento. Estas máscaras se utilizan también para crear representaciones socialmente aceptadas sobre quién es uno en realidad, evitan que los demás vean las debilidades que lo componen, como una tarjeta de presentación, vistiéndose de una manera específica y cuidando la forma de hablar delante de quienes no le conocen.  Tras pasar la barrera de la primera impresión, permite relacionarse con los demás sin ningún compromiso ni garantía de que existirá una relación significativa, es decir; «si me llamas la atención, me acerco a dar un vistazo, si no me agrada lo que veo al acercarme, me alejo sin problemas ya que “no nos conocemos”.

 Por supuesto, las máscaras son armas de doble filo. Sirven para ocultarse, e ir comunicándose de forma graciosa y superficial con las personas, pero cuando uno se acostumbra demasiado a ellas, uno se desprende de la idea de que existe un verdadero yo y se aferra más al yo superficial que se ha creado. Esto trae problemas, sobre todo, de autoestima, cuando uno quisiera ser tan bueno como la imagen que vende ante los demás y eso impide mostrarles con honestidad quién es uno en realidad, alzando muros que dan como resultado exactamente eso; relaciones superficiales en las que no se puede ser feliz, en las que no se siente la libertad de ser uno mismo. Peor aún, cuando esto ocurre de manera inconsciente, como se da en los casos donde, por influencia cultural, hay muchas actitudes sociales que no son “permitidas”. Las personas se inhiben a sí mismas y como resultado nunca desarrollan habilidades sociales que les permitan desenvolverse en la intimidad o en la familia.

 En conclusión, las máscaras son una herramienta útil pero que también hace frágiles a las personas ante las hostilidades de la realidad; que no se es tan especial como se quisiera ser, que se tiene defectos y que se es un proyecto en constante crecimiento y la mejor manera de contrarrestar estas aversiones es conocerse a uno mismo, ser conscientes de la propia esencia y aceptarse como uno es.