jueves, 23 de marzo de 2017

Reseña de Juan Miguel Domínguez ( 2014 - 1861)


Juan Miguel Domínguez
Para muchos hombres es difícil hablar de sí mismos, de sus sentimientos y de sus emociones. Esto hace pensar que los vuelve menos masculinos o menos hombres, lo cual presenta que es un arcaico pensamiento de la sociedad que lleva mucho tiempo incrustada en la psiquis de muchas personas, o por lo menos así lo plantea en su libro “Intimidades Masculinas”  Walter Riso,  específicamente en la introducción y la parte I donde se expone muy claramente la carga social que llevan los hombres.

En esta parte “ ¿ Cuál sexo fuerte?” Riso explica que los hombres somos naturalmente humanistas y que tenemos una parte sensible, necesitada de amor y cariño, tanto como pueda; no obstante, sabemos muy bien de manera cultural que esta parte sensible es suprimida por la imagen cultural del hombre, ya que este, según la cultura general, debe ser rudo, con músculos definidos, aun así cuando su vocación sea el ejecutivo de traje y maletín, es requisito indispensable cuando se trata de atraer al sexo opuesto.

Con respecto a las mujeres,  Riso plantea que a ellas nunca jamás les atraerá un hombre con miedo, sin ambiciones y sin coraje, y para poner de pretexto, Riso lo ejemplifica en la idea de lo que es un héroe. Aquel personaje de la historia que maximiza y exagera la idea de un hombre, aquel personaje sin miedo a nadie ni a nada, fornido, líder, carismático, y con un sinfín de características y habilidades sobrehumanas. Estas características son las que han distorsionado la idea de lo que puede ser un hombre.

Riso, además, plantea que hay dos personajes más igual de interesante. Primero está el antihéroe que no necesita de gloria ni premios, que no tiene motivación por rescatar a ninguna  dama en peligro, que simplemente quiere dormir tranquilo y que no usa sus habilidades especiales para vanagloriarse. Existe otro personaje que sin gloria, ni habilidades especiales, sin necesidad de usar poderes para hacer grandes hazañas, que estudia, trabaja y consigue  comida para él y los suyos, nada más y nada menos que el hombre común, el que se equivoca y aprende de sus errores; aquel que tiene miedo, ¿miedo?, Riso explica muy bien en la primera parte de su libro los temores más comunes de los hombres.

Él propone que son tres los temores más comunes: el miedo al miedo, miedo a la soledad y el miedo al fracaso. Por naturaleza, el miedo es una característica de supervivencia muy necesaria ya que nos brinda la capacidad de minimizar riesgos absurdos, para garantizar nuestra supervivencia como especie, pero estos miedos resaltan la humanidad del hombre msmo, el ser aceptado con los defectos propios y a no ser excluido por ninguna razón, al momento que es amado por su familia y siente el afecto de su mujer; al intentar de sobresalir en la sociedad siendo reconocido por lo el buen trabajo que realiza.


Finalmente, la primera parte concluye con dos acápites muy humanos en el que se defiende al hombre; es decir, el hombre como persona vale por lo que puede hacer y por lo que puede ser, explica Riso. Además, ser humano implica que tenemos defectos en ciertas cosas y en algunas formas de actuar; no obstante, la idea distorsionada de la sociedad en la forma en que en ocasiones describe al hombre como un ser que todo lo puede, cuando simplemente se le debe reconocer que es una persona con virtudes y defectos, que puede llegar a ser tan grande como pueda esforzarse y que en su trayecto de vida no se le debe equiparar con la idea de que ser hombre significa ser indeleble  e inquebrantable. 

1 comentario: