Juan Miguel Domínguez |
Para muchos hombres es difícil
hablar de sí mismos, de sus sentimientos y de sus emociones. Esto hace pensar
que los vuelve menos masculinos o menos hombres, lo cual presenta que es un
arcaico pensamiento de la sociedad que lleva mucho tiempo incrustada en la
psiquis de muchas personas, o por lo menos así lo plantea en su libro “Intimidades
Masculinas” Walter Riso, específicamente en la introducción y la parte
I donde se expone muy claramente la carga social que llevan los hombres.
En esta parte “ ¿ Cuál sexo
fuerte?” Riso explica que los hombres somos naturalmente humanistas y que
tenemos una parte sensible, necesitada de amor y cariño, tanto como
pueda; no obstante, sabemos muy bien de manera cultural que esta parte
sensible es suprimida por la imagen cultural del hombre, ya que este, según la
cultura general, debe ser rudo, con músculos definidos, aun así cuando su
vocación sea el ejecutivo de traje y maletín, es requisito indispensable cuando
se trata de atraer al sexo opuesto.
Con respecto a las mujeres, Riso plantea que a ellas nunca jamás les
atraerá un hombre con miedo, sin ambiciones y sin coraje, y para poner de
pretexto, Riso lo ejemplifica en la idea de lo que es un héroe. Aquel personaje
de la historia que maximiza y exagera la idea de un hombre, aquel personaje sin
miedo a nadie ni a nada, fornido, líder, carismático, y con un sinfín de
características y habilidades sobrehumanas. Estas características son las que
han distorsionado la idea de lo que puede ser un hombre.
Riso, además, plantea que hay dos
personajes más igual de interesante. Primero está el antihéroe que no necesita
de gloria ni premios, que no tiene motivación por rescatar a ninguna dama en peligro, que simplemente quiere
dormir tranquilo y que no usa sus habilidades especiales para vanagloriarse.
Existe otro personaje que sin gloria, ni habilidades especiales, sin necesidad
de usar poderes para hacer grandes hazañas, que estudia, trabaja y consigue comida para él y los suyos, nada más y nada
menos que el hombre común, el que se equivoca y aprende de sus errores; aquel
que tiene miedo, ¿miedo?, Riso explica muy bien en la primera parte de su libro
los temores más comunes de los hombres.
Él propone que son tres los
temores más comunes: el miedo al miedo, miedo a la soledad y el miedo al
fracaso. Por naturaleza, el miedo es una característica de supervivencia muy
necesaria ya que nos brinda la capacidad de minimizar riesgos absurdos, para
garantizar nuestra supervivencia como especie, pero estos miedos resaltan la
humanidad del hombre msmo, el ser aceptado con los defectos propios y a no ser
excluido por ninguna razón, al momento que es amado por su familia y siente el
afecto de su mujer; al intentar de sobresalir en la sociedad siendo reconocido
por lo el buen trabajo que realiza.
Finalmente, la primera parte
concluye con dos acápites muy humanos en el que se defiende al hombre; es
decir, el hombre como persona vale por lo que puede hacer y por lo que puede
ser, explica Riso. Además, ser humano implica que tenemos defectos en ciertas
cosas y en algunas formas de actuar; no obstante, la idea distorsionada de la
sociedad en la forma en que en ocasiones describe al hombre como un ser que
todo lo puede, cuando simplemente se le debe reconocer que es una persona con
virtudes y defectos, que puede llegar a ser tan grande como pueda esforzarse y
que en su trayecto de vida no se le debe equiparar con la idea de que ser
hombre significa ser indeleble e inquebrantable.
echa y esa foto?
ResponderEliminardonde la conseguiste?