Sayra Del Rosario |
Una
nueva masculinidad
Los hombres han sido
víctimas de estereotipos creados por la sociedad en los que se le otorga una
imagen de superhéroe, valiente, fuerte y, en algunos casos, hasta puede ser
visto como insensibles y carentes de la habilidad de expresar sus sentimientos
y emociones. ¿Será que los hombres realmente son incapaces de amar? ¿O existe
un mandato cultural en el que se les inculca ser mejor en recibir amor que en
darlo? ¿Está mal que los hombres muestren su lado “femenino”? El psicólogo
italiano Walter Riso en su obra Intimidades Masculinas, publicado en
1998, responde a estas preguntas de forma clara y entretenida.
En la introducción de
la obra, Riso esboza la problemática por la cual el hombre se ve envuelto en lo
que a su rol establecido por la sociedad se refiere. “Ser hombre, al menos en
los términos que demanda la cultura, no es tan fácil” (Riso,1998). Plantea
también que el hombre ha perdido oportunidad de demostrar amor para con sus
amigos e incluso sus hijos, lo afirma dando una serie de ejemplos de
situaciones en las que el hombre se ve obligado a ocultar su lado afectivo para
que no se le tilde de homosexual. También sugiere que hay una nueva clase
de masculinidad que desea salir a flote, en la que el hombre sea libre para dar
amor, que se le proporcione el derecho de sentir miedo (sentimiento propio de
todo ser humano), que se le otorgue la libertad de caer y volver a levantarse
sin ser juzgado.
En la primera parte,
titulada ¿Cuál sexo fuerte?, el autor expone que realmente los hombres no
son tan fuertes como la sociedad ha querido dejar ver. Los hombres sienten miedo,
no toleran estar solos y se siente abrumados cuando fracasan. Riso
plantea que el varón busca compensar todo esto queriendo parecer fuerte
físicamente, lo cual trae como consecuencia problemas de autoestima y
autoimagen. En otras palabras, el hombre se vuelve inseguro, y el miedo se
adueña de sí aunque no lo exprese.
El autor expone 3
debilidades psicológicas: Miedo al miedo, miedo a estar afectivamente solo y el
miedo al fracaso. Ejemplifica las tres debilidades con situaciones de
experiencia propia, que en cierta manera le da un aire jocoso al texto. Al
profundizar las 3 debilidades, es posible llegar a la conclusión de que el
miedo es una emoción normal y necesaria en situaciones de peligro, y por lo
tanto no es de extrañarse que los hombres puedan sentirlo. En la nueva
masculinidad el hombre quiere tener la opción de pedir ayuda, de dar amor, de
recibirlo y dejar de ser objeto económico o de protección.
La primera parte del
libro nos deja con el deseo de continuar descubriendo los aspectos ocultos de
la “femineidad” masculina. Realmente es un escrito que permite entender que no
solo las mujeres son víctimas de los estereotipos, sino también los propios
hombres. Además, sugiere que nos quitemos las máscaras, que mostremos lo que
realmente somos y sentimos, que nos demos la oportunidad de ser más seres
humanos y ser menos “machos” o “princesas”.
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